miércoles, 30 de julio de 2014

Restaurante y Gastro-Bar CASA PEDRO

Estimados amigos/as y lectores/as de El Paladar Crítico:

Restaurante y Gastro-Bar CASA PEDRO.
Tipo de cocina: Casera con autoría.
Dirección: c/Cadena, 6 .
Zona: casco histórico. Sector: Coso/Plaza San Miguel.
Tel. reservas: 976 29 11 68 y restaurantecasapedro@hotmail.com


En esta ocasión, les voy a hablar de un restaurante atípico debido a su última reforma. Conservando un nombre de gran tradición y ubicado en el mismo lugar, Casa Pedro lleva más de 50 años en ese mismo edificio, en la zona céntrica y castiza del Coso, aunque en los últimos años ha ido evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos y a los nuevos comensales. Producto de este esfuerzo, es la última transformación que ha dejado la planta calle con una zona moderna y desenfadada dedicada a gastro-bar, en la cual se pueden disfrutar excelentes tapas elaboradas al momento en cocina (por eso no hay tapa alguna sobre la barra), entre ellas la novísima “Atún marino” (un tataki de atún marinado con ensalada de algas, ajo blanco y ajo verde), elaboración recientemente galardonada como “Mejor tapa” del Concurso de tapas ciudad de Zaragoza 2014. En esa misma planta baja, al fondo, hay unas cuantas mesas de comedor más formalmente vestidas, y en la planta superior se encuentra el comedor principal, con idéntica decoración rústica estilo aragonés, recordando la decoración de mesón tradicional que antaño ofrecía “Casa Pedro” a sus visitantes. Además, existe un espacio reservado para comidas familiares o de empresa dotado de mayor intimidad y privacidad. En total, unas cincuenta plazas.

Gastro-Bar Casa Pedro



 Detalle comedor Planta Baja


Para poder evaluar, tanto la parcela dedicada a gastro-bar como la dedicada a restaurante, voy a tratar de desglosar una mixtura de ambos, de tal manera que, primeramente, van a ir comentadas algunas de las tapas que se pueden disfrutar en esa zona concebida como gastro-bar de altura, y también al menos, unas pinceladas de lo que se puede encontrar el comensal en cuanto a la carta del restaurante. Vamos a ello.


Tapa nº 1. “Atún marino”. (Tapa destacada por textura y sabor)

Se trata, como comentaba antes, de la tapa ganadora del Certamen de tapas 2014 Ciudad de Zaragoza. Teniendo en cuanta esta premisa, y al mismo tiempo distanciándome de ella para ver y sentir que es lo que la tapa me transmite a todos los niveles, he de decir que, de entrada, a nivel visual, tiene esa belleza en su aparente simplicidad tan propia de la cultura y gastronomía japonesa. Evidentemente estamos ante una tapa muy en esa sintonía, pues se trata de un “tataki” (que vienen a ser lonchas o filetes finos, normalmente de pescado, aunque también se elabora de carnes). Un tataki de atún que ha sido marinado con un proceso complejo de escabechado japonés denominado “sambaizu” (créanme que no es fácil darle el punto que se busca). 

Adornado con hoja de mostaza y rábano y sobre un lecho de varias clases de alga comestible, entre las que distingo wakame y agar agar. Las dos salsas (ajo blanco y ajo verde), ligan a la perfección con el resto de elementos del plato; y digo plato porque esta preparación se puede considerar un plato redondo pero en miniatura. La textura de la carne, tierna y con un sabor muy especial debido al marinado japonés, se alía a la perfección con la de las algas, más crujiente para componer un bocado delicioso a gusto con las salsas. Una tapa muy fresca. Ideal para el verano, sorprendente, sabrosa y con una presentación de diez. Absolutamente recomendable. A aquellos que abominen del sushi, sashimi y otras delicatessen japonesas, decidan ustedes mismos. Sólo decirles que hay una diferencia más que sutil entre lo crudo y lo marinado o ahumado.


Tapa nº 2. “Ensalada crujiente de pollo con salsa de anchoas y parmesano”.

Presentada en una copa de cóctel, esta tapa llama la atención a nivel visual por su planteamiento sorprendente y divertido. Para mí sus virtudes radican en unas piezas de pollo empanadas que van en caliente, componiendo así una ensalada templada, de muy buena textura (crujientes pero tiernas por dentro) y sabor. El otro aspecto que me ha gustado de esta tapa es el concepto de llevar al terreno de la cocina en miniatura lo que sería una ensalada César. La salsa de anchoas y parmesano resulta demasiado suave, de tal manera que lo que debería impulsar el plato, le hace perder empaque. Por otro lado, la copa de cóctel, hace casi imposible la tarea de mezclar los elementos con la salsa y repartir el aliño sin que se desborden fuera del recipiente. Tanto el mézclum vegetal como los costrones de pan muy correctos. Creo que es más apropiada para degustar en plato grande, opción que además existe en dicho local.


Tapa nº 3. “Mejillón tigre”.

Un mejillón tigre que, de entrada, sorprende porque rompe con lo que un comensal siempre espera encontrar cuando le ponen esta tapa típica “de las de toda la vida”. Pues no. estamos ante lo que podría llamarse un mejillón “deconstruido” o “falso mejillón”. Me explicaré. La concha natural en la que suele presentarse, se ha transformado en el plato, de porcelana blanca, que hace de soporte de la tapa. Como bajo-plato, una tabla de pizarra negra (que se usa para casi todas las presentaciones en este establecimiento). El “tigre” se ha transformado en dos bolitas empanadas, crujientes por fuera y cremosas por dentro. Llega caliente, recién hecha, preparada al momento como todas, por lo que a veces hay que esperar un poquito, pero merece la pena. En cuanto a sabor, se percibe el mejillón aunque podría ser de un modo más intenso, así como un ligero toque picante que le aorta chispa. La salsa, por encima, termina de redondear y darle un toque más meloso al conjunto. No obstante una tapa absolutamente recomendable para hincar el diente a un “tigre” diferente.


Tapa nº 4. “Canelón de pintada con trompeta negra y salsa de foie” (Tapa destacada).

A veces, se da una conjunción de elementos y circunstancias que hacen que una obra fruto de la creatividad (ya sea pintura, escultura o, como en este caso, gastronomía), salte a una categoría superior y se convierta en arte. Esta tapa me ha parecido redonda y excepcional por varias razones. El intenso sabor a trufa me indica que también se ha utilizado este tesoro natural que es capaz de aportar magia a los platos. Si a ello añadimos el foie, que liga a la perfección con la carne de aves como la pintada, la pularda o el faisán, sólo faltaba el toque del sabor y melosidad de una seta como la trompeta para compone un equipo de cinco estrellas. Y se preguntarán ustedes, ¿qué es lo que podría fallar o faltar en esta tapa?. Pues la textura. Podría ser excesivamente blanda, correosa o simplemente incomestible si todos esos elementos no estuviesen trabajados previamente para lograr su punto perfecto de textura tan sólo a redondear en el toque final.¿Y el toque crujiente? También lo lleva: una lámina de patata violeta que, además, aporta vistosidad y color al plato. Una carne de pintada perfectamente deshuesada, la pasta del canelón en su punto idóneo... todo en este plato (porque para mí es, sin duda, todo un plato de nivel miniaturizado) está perfectamente integrado y elaborado para que, a la hora de saborearlo, los sentidos y las papilas gustativas se rindan a sus pies. Si duda una de las mejores tapas que he probado en la ciudad. Imprescindible.


Bacalao gratinado con boletus” (Plato destacado).

Con una presentación visual sencilla pero actualizada, este plato es un perfecto ejemplo de que, no sólo la tradición no está reñida con la vanguardia a nivel culinario, sino que en ocasiones ambas corrientes pueden nutrirse la una de la otra para componer un plato de altura. Cuidando la calidad en cuanto a ingredientes y con una elaboración con mimo, la carne del bacalao, perfectamente desespinada, blanca y tierna, se alía con la melosidad e inconfundible sabor de la boletus y el suave y cremoso gratinado para componer nuevamente bocados deliciosos que hacen que las papilas se rindan y aplaudan de satisfacción. No es un plato de sabores contundentes, al contrario, su grandeza reside en el perfecto punto de elaboración y textura para lograr un sabor sutil y delicado. Nada falta y nada sobra, un equilibrio perfecto también en sazonado. Absolutamente recomendable e imprescindible para amantes del pescado (en especial del bacalao).


POSTRE.

Cremoso de chocolate con helado de mango y bizcocho de naranja. (Postre recomendado).

De nuevo estamos ante un postre tradicional que ha sido deconstruido, al que se ha añadido el toque fresco, frutal y exótico del helado de mango. Más similar a un ganaché que a una mousse de chocolate, este “cremoso” se muestra y destaca con su color sobre unas migas de bizcocho de naranja, componiendo lo que sería una tarta de chocolate con naranja en un concepto visual más moderno y vanguardista. Pero la alianza de sabores no cambia. Chocolate negro y naranja son una combinación perfecta (para mí de las mejores, junto con la fresa, el plátano , la pera y la menta). El helado de mango añade además un contraste de temperatura y fresco a este postre muy bien planteado.


Casa Pedro. Detalle de mesa restaurante.


 Reservado para celebraciones privadas




Y aquí va el comentario final. “Casa Pedro” es un restaurante peculiar. Con sus últimas remodelaciones ha conseguido dedicar un espacio que se decanta más hacia la modernidad para captar a un público joven y exigente, y, por otro lado, para seguir teniendo a ese público fiel de toda la vida, ha tenido el acierto de no olvidar sus raíces. Decisión inteligente, porque a mi entender hubiese sido un error ese olvido. De este modo, con una base de cocina casera y mimo en la elaboración y trato al producto de calidad, los jóvenes chefs de “Casa Pedro”, Luis Antonio y Javier Carcas, han sabido introducir elementos de actualización en las presentaciones sin que chirríe la maquinaria. No en vano, siguen preparando exclusivamente de encargo algunos platos míticos del antiguo mesón Pedro como las “patatas a la importancia”, que los que ahora pintan canas es seguro que han probado más de una vez. Con un buen tratamiento de los pescados y las setas, “casa Pedro” (su nombre ya es toda una declaración a esos lugares sencillos en los que se comía tan bien, las “casas de comidas” o fondas en las que se practicaba una cocina casera que, con productos naturales y de temporada, sabía hacer del “dar de comer” a sus visitantes un arte) no olvida las carnes. En su carta pueden encontrarse elaboraciones como el “steak tartare”, esos jarretes tan típicos de Aragón o una “paletilla de cordero lechal con D.O. Aragón rellena”. Con un servicio cordial y familiar, una carta de vinos no demasiado extensa pero con referencias bien seleccionadas y precios moderados, “Casa Pedro” permite introducirse en su universo particular a través de ese gastro-bar agradable y moderno con graciosos dibujos decorando el fondo y fotografías ampliadas de algunas de sus tapas. Tapas elaboradas al momento, lo que debería ser norma, desgraciadamente es una excepción, pero es lo que permite ofrecer al comensal la máxima calidad y frescura en cada elaboración. Interesantes vinos por copas. Tenemos pues un gastro-bar de altura a precios razonables. En cuanto al restaurante, éste ofrece la posibilidad de degustar “a lo grande” algunas de esas tapas que, a mi entender, me habían parecido verdaderos platos redondos, con entidad y presencia, y ha sido una agradable confirmación y grata sorpresa para mí ver impresos algunos de ellos en la carta del restaurante. Quien desee disfrutar a máximo de la gastronomía que ofrece “Casa Pedro”, tiene a su disposición un menú degustación muy completo por treinta y cinco euros (bebida aparte), pero se puede comer o cenar con sus variadas opciones invirtiendo menos. Por todo ello considero que “Casa Pedro” es un lugar absolutamente recomendable para disfrutar de la buena gastronomía, de los pocos establecimientos que siguen mostrando amor y respeto por la cocina tradicional y sus fundamentos, que no podemos olvidar son la base de toda esta ciencia de los fogones, pero además, con un indudable sello de autor que esos jóvenes chefs imprimen a todos sus platos. Por ello, considero que debe pasar a formar parte también de la sección de "restaurantes destacados" de El Paladar Crítico. 
  Y es que el que olvida totalmente sus raíces, se está equivocando. Y “Casa Pedro” ha tenido y tiene muy claro que no deben olvidar esas raíces culinarias aunque los tiempos y los comensales evolucionen y haya que adaptarse a ellos.

Detalle decoración del espacio Gastro-Bar





Restaurante y gastro-bar “Casa Pedro”

Ubicació y entorno: 9
Ambiente y decoración: Gastro-bar: 9. Restaurante: 8
Cantidad: 7
Calidad: 9,5
Global: 8,5

lunes, 21 de julio de 2014

Restaurante "LA OLLA" Alta taberna


Restaurante-taberna LA OLLA.
Zona: Centro/Casco histórico. Sector: D. Jaime/La Seo
Dirección: c/Mayor, 1. Tel reservas: 976 398 257
Tipo de cocina: De mercado con toques de autor.






Estimados amigos/as y lectores/as de El Paladar Crítico:

En la constante por ofrecerles establecimientos de interés gastronómico, en esta ocasión se trata de un restaurante llamado “La Olla” que me ha sorprendido por múltiples razones que luego comentaré. Este establecimiento se ubica en una zona inmejorable y de gran afluencia turística, en la castiza calle Mayor, junto a D. Jaime, la plaza de Santa Marta, y muy próxima a la catedral de La Seo y sus alrededores; la Zaragoza medieval repleta de historia, monumentos, palacios renacentistas aragoneses.



“La Olla” está ubicado en una zona plagada de tabernas y bares de tapeo y, aunque si uno se detiene en su puerta destaca por su pulcritud, no podría imaginarse lo que gastronómicamente puede ofrecer de puertas adentro. Una vez franqueamos la entrada encontramos una barra a la izquierda con algunas bandejas de raciones caseras y unas baldas que llaman la atención por el surtido de botellas de vino que exhiben. Al otro lado, un par de mesas suficientemente separadas, pues no es un bar con gran tráfico de barra. Después, en altura, encontramos un comedor pequeñito pero acogedor, con capacidad para unas veinte o veinticinco personas, decorado en tonos burdeos y lleno de cuadros y grabados con referencias a la tauromaquia. No en vano una de las especialidades de la casa es el “rabo de toro”, que hay que tener en cuenta que es de res excepto cuando hay lidia en la ciudad y es temporada taurina. Destaca la limpieza, el orden y esa pulcritud que anteriormente ya reflejaba su entrada.



Las mesas, bien vestidas con mantelería de algodón, cubertería Pinti italiana 1929 y copas Spiegelau para disfrutar de los aromas y sabor de los caldos en toda su extensión denotan ya un interés por la calidad por parte de los propietarios. Entremos ahora a la evaluación de los platos, en cantidad de media ración, para que puedan ustedes tener información de una más amplia gama de preparaciones.

Foie mi-cuit acompañado de cebolla y manzana caramelizada. (Plato destacado)

Un foie elaborado en la casa, perfectamente desnervado, un mi-cuit (semi-cocido sería la traducción literal del francés) de alta calidad, sin duda con un alto porcentaje de hígado de oca, que lleva además un toque ligeramente afrutado debido al vino de Oporto con el que ha sido marinado. Con un toque de chispa debido al aporte de la pimienta recién molida. El acompañamiento de la cebolla y manzana caramelizada es perfecto (a mí particularmente me gusta muchísimo con manzana). Unas rebanadas de pan recién tostado que llegan aún calientes a la mesa para hacernos unos montaditos al gusto. Visualmente bien presentado, con una textura perfecta, a la que el pan da el contrapunto crujiente. Untuoso y sutil, se funde en la boca lentamente, como debe hacer un buen foie, llenándola de ese sabor inconfundible. Sin duda, un buen comienzo.

Tomate en diversas texturas con arenque ahumado.


Un plato fresco, ideal para el verano, que me ha llamado la atención por su originalidad y carácter divertido. Con el tomate como protagonista, aunque la oliva negra en tapenade y el arenque se añaden para aportar sabor al conjunto del plato, de este “tomate en texturas” quiero destacar aparte de la creatividad, la calidad y sabor del helado de tomate (que le aporta además el máximo toque de frescor). Un helado de tomate de los mejores que he probado. El arenque, de gran calidad, carnoso y tierno, perfectamente desespinado, da ese punto de sabor en perfecta alianza con el tomate.


Txangurro de la casa. (plato destacado).


Uno de los platos de “La Olla” sobre los que tenía referencias y altas expectativas era el changurro o “txangurro”, como lo llaman en el país vasco, donde es un plato típico. Elaborado con la carne del centollo ( o centolla) y también a veces con su coral (es decir, las huevas de la hembra), este changurro, llega perfectamente presentado en su caparazón y en caliente, acompañado de unas rodajas de limón para quien desee darle un toque cítrico. Observo y me vienen a las papilas gustativas trazas de tomate y de huevo, de nuevo el toque de gracia de la pimienta y un aroma a Jerez. Todo ello junto con la carne del marisco perfectamente entresacada sin esquirlas ni cáscaras. Un changurro sobresaliente. Quizá el mejor que se pueda comer actualmente en Zaragoza. De diez. Por ello, deseo destacar este plato y recomendarlo absolutamente.

Bacalao ajoarriero con la receta tradicional aragonesa. (plato destacado).

Con una presentación actualizada, pues la tradición no está reñida con ello a pesar de que siempre exista una viva polémica entre tradición y vanguardia, un bacalao de primera se alía con el huevo, el ajo y el perejil para componer un plato que recupera en el paladar el sabor de antaño de esa cocina que , con tanto cariño, elaboraban antaño las abuelas en los fogones de esas cocinas de pueblo. Muy bien logrado, tierno en textura, para saborearlo y disfrutarlo lentamente. Un plato que recomiendo totalmente y que deseo destacar por su sabor, trabajo y elaboración.


Manita de cerdo deshuesadas con foie y trufa.
Otro plato muy bien logrado. Con un aroma intenso a trufa, de nuevo la carne perfectamente deshuesada, con esa textura gelatinosa típica de las manitas y el aporte de clase, calidad y sabor del foie, que liga a la perfección. Un plato que hará las delicias de los que aman este plato. De nuevo una preparación casera pero con un trabajo y elaboración a valorar.





POSTRE.

Surtido de fruta y tarta de chocolate negro de la casa. (plato destacado, resaltando la calidad de la tarta de chocolate).

Con una presentación visual impecable, piña natural y breva sobre un fondo de crema pastelera en natilla. Unos hilos de caramelo aportan el toque crujiente. El fondo, de una textura líquida, similar a un chantillí, dota a la fruta de cremosidad y liga muy bien tanto con la piña como con la breva En cuanto a la tarta, de elaboración totalmente casera, con una fina capa de cacao natural por encima, presenta un sabor intenso a éste y a chocolate negro. Su textura es tierna y cremosa, y se funde en la boca llenando las papilas de un sabor indescriptible. Hay que probarla para sentirlo. Posiblemente, la mejor tarta de chocolate de la ciudad en estos momentos. Por todo ello quiero destacar este postre y, en especial, su excepcional tarta.


Como comentario final y, a modo de resumen, el restaurante “La Olla”, con un reducido pero bien aprovechado espacio (su clara filosofía es abarcar un comedor razonable y atender con calidad y servicio), es un lugar donde la gastronomía se crece desde el momento en que comenzamos a tomar contacto con sus elaboraciones culinarias. No en vano, en los fogones se encuentra la mano de un chef con experiencia de años y pasión y amor por la cocina. Cuando llevas en esto de la gastronomía muchos años, ese lenguaje sutil, te habla y te transmite sus palabras en cada bocado, en cada aroma, en cada salsa. En cuanto al servicio de sala, amable y familiar, muy correcto y cordial. Una carta de vinos bien escogida tanto en referencias de tintos, como de rosados y blancos; destacando los verdejos y gewürztraminer en los blancos. En tintos, buenas garnachas de Aragón con crianza, además de Ribera de Duero y Riojas tan de mi gusto como el Sierra Cantabria y los fabulosos caldos de la familia Remírez de Ganuza. Un menú cuidado sobre los veinte euros más bebida al mediodía. También carta día y noche. (cerrado Domingos noche por descanso semanal). Imprescindible reservar debido a su capacidad. “La Olla” es, por tanto un sitio donde la gastronomía se cuida en cada detalle, con una buena cristalería para disfrutar del vino en cada sorbo y aroma (cuenta además con una bodega surtida y bien climatizada). En cuanto a los platos, una cocina de base que con un amor por lo tradicional que no descuida. Unas presentaciones actualizadas personalizadas por la mano de su chef José Manuel Roy, una persona que transmite en cada elaboración ese cariño y respeto hacia el buen producto de temporada, otra de las premisas si se quiere dar la máxima calidad en cada plato. Una carta no excesivamente extensa pero con buenos entrantes y platos redondos, con buenas carnes y pescados y postres caseros y de calidad. Por todos estos factores, “La olla” ha sido un gran hallazgo y va a pasar por derecho propio a la sección de restaurantes destacados de El Paladar Crítico. Un lugar céntrio y acogedor donde disfrutar de una gastronomía de altura.


Restaurante “La Olla”

Ubicación y entorno: 9,5
Ambiente y decoración: 8,5
Calidad.: 10
Cantidad: 8,5

Global: 9,125

domingo, 20 de julio de 2014

Estimados amigos/as y lectores/as de El Paladar Crítico:


POR FIN HA LLEGADO... HOY ES EL DÍA...





!HOY, 20 DE JULIO DEL AÑO 2014,  EL PALADAR CRÍTICO CUMPLE 4 AÑOS¡


!Y, para celebrarlo, les recuerdo que el plazo para participar en el certamen del ENIGMA GASTRONÓMICO se amplía desde hoy hasta finales del mes de agosto¡ Participen y podrán obtener un sabroso premio: Una comida para dos personas a disfrutar a partir del mes de septiembre en el prestigioso restaurante AMARANTO del Hotel Boston **** de Zaragoza.


En el camino hacia las ochenta y cinco mil visitas desde todos los países del mundo, en especial aquellos de habla hispana, pero también desde Rusia, EEUU, China e incluso Australia, desde la dirección de este espacio sólo tengo una palabra que dedicarles en esta editorial con aromas a verano y vacaciones para muchos: GRACIAS


GRACIAS ARAGÓN. GRACIAS ESPAÑA. GRACIAS EUROPA, GRACIAS MÉXICO, GRACIAS CHILE, GRACIAS ARGENTINA...GRACIAS A TODA LATINOAMÉRICA....

GRACIAS USA Y CANADÁ.

GRACIAS TAMBIÉN AL RESTO DE PAÍSES QUE, ALGUNA VEZ, SE HAN ASOMADO A LA VENTANA DE "EL PALADAR CRÍTICO" DESDE SU NACIMIENTO Y DURANTE TODOS ESTOS AÑOS. 

"El Paladar Crítico" seguirá indagando para descubrirles nuevos lugares interesantes para disfrutar de la gastronomía e informándoles de las actividades gastronómicas de Aragón. También, como siempre, recomendaciones editoriales para disfrutar también de la gastronomía con la lectura de buenos libros que la librería "De Re Coquinaria" tiene para todos ustedes.

Esperamos seguir cumpliendo muchos más gracias a ustedes.

El paladar crítico se relajará un poquito en agosto para comenzar el curso en septiembre con fuerzas renovadas. Durante este mes de julio aún habrá lugar para descubrir para ustedes/vosotros interesantes restaurantes.


¡FELIZ VERANO A TODOS!


Con mis mejores deseos.

El paladar Crítico.









jueves, 10 de julio de 2014

Restaurante "AMARANTO"


Restaurante "AMARANTO" (bajos del hotel Boston). Parking propio.
Tipo de cocina: De mercado con autoría.
Tel. reservas.:876 25 42 07   y
www.restauranteamaranto.com
Dirección: Camino de las Torres, 28.

Zona: Centro. Sector: Cesáreo Alierta/Camino de las Torres.







Estimados amigos/as y lectores/as de El Paladar Crítico:

Hay restaurantes que, a pesar de estar céntricos, o bien como en este caso por pertenecer a un hotel, son a veces grandes desconocidos por el público, que los asocia a un lugar común poco justo en bastantes ocasiones usando la coletilla: “es un restaurante de hotel...”.En esta ocasión, y además con motivo de ser el "Amaranto" quien ofrecerá la comida al ganador/a del certamen del enigma gastronómico para celebrar el cuarto aniversario de El Paladar Crítico (sigan participando por favor), he querido valorar y dar a conocer una muestra de su calidad versatilidad culinaria (no en vano, el “Amaranto” forma parte del TOP Z-10 de este espacio y pueden consultar también su evaluación anterior en el archivo de entradas de la página).




Para que todos ustedes/vosotros puedan conocer cómo es la cocina de este restaurante, voy a comentar una serie de variados platos a modo de pequeñas raciones para permitir hacerse una idea de lo que el “Amaranto” ofrece.


Lo primero a destacar es que el restaurante, que está separado de una amplia zona de cafetería con mesas, ofrece como detalle de cortesía en todos sus menús (también si se toma el llamado “menú exprés” más económico en la zona de cafetería) un aperitivo de bienvenida para sorprender y agradar a la clientela. Vamos a a ello.


Chupito de crema de borraja con chistorra (aperitivo de bienvenida).

Muy bien presentado a nivel visual, lo que nos da ya una piedra de toque de lo que puede venir después. La chistorra va marinada en sidra y orujo. Presenta una textura más tierna de lo habitual por ese mismo proceso de marinado, contrastando con la crema y el pan en dos texturas más. Liga muy bien la crema de verduras con esta particular “chacina”, aportándole un contrapunto de suavidad a la potencia de la chistorra. Un aperitivo sabroso.





Gazpacho de cereza con virutas de queso. (Plato destacado por sabor y frescor)

Aunque bien presentado visualmente, lo que me ha llamado mucho la atención de este plato es su alianza de frescura y sabor. Un entrante que suele ser muy parecido en los restaurantes y que aquí cobra una dimensión diferente. El aporte de la cereza junto con el tomate se alía con un queso suave y cremoso muy bien elegido que, en virutas, corona el plato. Además, unos trocitos de fresa natural le dan un toque cítrico y crujiente. Un sabor de 10 que se adueña del paladar en cada cucharada dotándolo al mismo tiempo de una sensación de frescor indescriptible. Excelente. Por todo ello quiero destacar este plato. Una joya para disfrutar en verano.

Tosta de escalivada con anchoa del Cantábrico y habitas caseras.

Perfectamente presentada, en templado (no hay que ponerlas frías y, a veces, heladas como a veces me he encontrado). Con el crujiente de la base haciendo de soporte de una escalivada pefecta a la que las anchoas terminan de dar su punto de sabor y sal. Unas habitas deliciosas, untuosas, y una anchoa suave y carnosa, de primerísima calidad, sin espinas, un regalo del mar Cantábrico que baña nuestras costas del norte de España. Sobresaliente.






Bacalao “ajoarriero” con tosta melba.

La decoración de este plato (como en otras ocasiones) no es baladí, un cordón de precioso color rojo oscuro hecho de ñoras. Además de decorar y aportar color al plato, su sabor amargo va a dar ese contraste con la cebolla caramelizada que confita el revuelto de bacalao. Muy bien logrado en cuanto a sabor y texturas, el toque crujiente lo va a aportar el pan de molde tostado. Una muestra de que los pescados también se trabajan con mimo en los fogones del Amaranto.




Arroz con foie, hongos y trufa.   (plato destacado).


Uno de los productos que, para mí, mejor elabora el "Amaranto", son los arroces. Un arroz de primera calidad, de la variedad bomba, que se presenta ligeramente “al dente”, como debe ser. Me llama la atención, de entrada, el intenso aroma a trufa que desprende. Con una combinación de boletus y foie fresco que lo dotan de una textura melosa y un sabor que es difícil de describir, pues el binomio boletus-foie se alía para dotar al plato de unos aromas y sabores sin parangón. He de decir que este risotto me ha sorprendido, igualando e incluso superando el que para mí es uno de los arroces reyes que borda la cocina de este restaurante: el de bogavante (absolutamente recomendables todos).


POSTRE.

Surtido de sorbetes (fruta de la pasión, nopal y naranja sanguina).



Una de las facetas en las que un restaurante se crece o mengua es, si duda, en la de los postres. Este combinado de bolas de sorbete, a nivel visual es precioso, con una estética japonesa, por su color y composición, pero además, los tres helados frutales (destacando por su originalidad el de cáctus, tan rico y especial), sorprenden por su sabor y potencial refrescante. Unos bastoncitos de chocolate, en barquillo, le aportan un contrapunto de textura y color.




Con una capacidad limitada pero suficiente (unas 50 plazas), y en la mejor zona del centro de Zaragoza (con parking en el mismo hotel), el restaurante Amaranto ofrece un comedor agradable y acogedor, sobrio y distinguido. Viste las mesas con esa elegancia clásica de la buena hostelería: doble mantelería de algodón, vajilla Villeroy&Bosch, cubertería Cruz de Malta y buena cristalería. Aceite de oliva virgen extra de la Hacienda Iber (Mequinenza), premiado por su elaboración de variedad arbequina. Su buen hacer, tanto en cocina como en sala (destacando especialmente este apartado porque el buen servicio en sala es cada vez menos habitual), con un maestresala (que significa lo mismo que el vocablo francés maître, ya muy castellanizado, pero convendrán ustedes en que maestresala es una palabra tan, tan bonita...) o jefe de sala, de una cortesía y profesionalidad excepcional. Y, ya entrando en la cocina, una clara premisa: productos de la mejor calidad para elaborar esos platos que, por su maestría, hacen que esta tan particular alquimia de los fogones transforme un alimento en arte. En el arte de los colores, los aromas y los sabores. Destacando especialmente arroces y carnes (tanto en steak tartare como en solomillo o chuletón), pero atención a los pescados y mariscos (sobre todo estos últimos, almeja gallega, percebe, bogavante del Cantábrico), porque son de primerísima calidad. Si se desea algo especial en este sentido conviene consultarlo y encargarlo, porque no siempre se puede tener producto de estas características. Como resumen final diré que el restaurante "Amaranto" es aún una joya de la gastronomía de la ciudad algo escondida y desconocida para muchos, y que la deben descubrir ustedes; todos los que aún no han estado en él. Una vez que prueben sus platos, atención y servicio, ya no habrá vuelta atrás. Por todo ello, lo recomiendo absolutamente para disfrutar de la buena gastronomía y sigue formando parte del TOP Z-10 de El Paladar Crítico con revisión de calificación al alza.



Restaurante “AMARANTO”. 
www.restauranteamaranto.com

Ubicación y entorno: 10.
Ambiente y decoración: 9
Calidad: 10
Cantidad: 8
Global: 9,25.

jueves, 3 de julio de 2014

Restaurante "La Parrilla de Don Teobaldo"

Restaurante " La parrilla de Don Teobaldo".
Dirección: c/ Don Teobaldo , 6, Zaragoza.
Zona: centro histórico. Sector: Coso bajo, junto calle Boterón.
Tipo de cocina: Aragonesa/De mercado
Especialidad: carnes a la parrilla de brasa.
Tel reservas. : 976 201 738
Web: www.laparrilladedonteobaldo.com






Estimados amigos/as y lectores/as de El Paladar Crítico. Este espacio web gastronómico, en su afán de evaluar y dar a conocer a todos ustedes/vosotros también nuevos establecimientos, va a comentar esta vez un restaurante que apenas lleva tres meses de andadura en la parte histórica de la ciudad. Se trata de "La parrilla de Don Teobaldo".




En el local que antaño ocupaba El patio de D. Julián, para que todos ustedes lo ubiquen correctamente, un antiguo y precioso patio aragonés de singular encanto y belleza, se ubica ahora LA PARRILLA DE Don TEOBALDO, un restaurante que se presenta también con una clara identidad aragonesa, tanto en su decoración como en su cocina. Conservando el encanto de sus vigas de madera e el techo y su suelo de gres rústico pero con nuevas infraestructuras, ha basado su potencial en una espectacular parrilla a la vista para cocinar a la brasa de carbón vegetal una gran variedad de carnes que ofrece, tanto a la carta y de encargo, como a través de dos menús: uno con precio ajustado para los días de diario y otro, más completo, para los fines de semana que incluye (para dos personas) una degustación acompañada de ensalada con un surtido de tres tipos de carnes a la brasa más chorizo, morcilla, longaniza y patatas asadas de guarnición. También incluye el vino de la casa, café, chupito (si se desea) e IVA.



El restaurante, en cuanto a capacidad, es enorme (podría acoger hasta 700 comensales a pleno rendimiento). Cuenta con tres salones diferenciados, el mayor con capacidad para más de trescientos comensales; otro comedor más pequeño que actúa a modo de reservado para unas 25-30 personas y una preciosa zona (también reservada) en la parte de la entrada dedicada antaño a aposentar los carruajes en este precioso patio aragonés antiguo. Con mesas de comedor y sillas de madera tipo mesón, de estilo rústico, armonizando con paredes, vigas y suelo. La altura de techo da aún una mayor sensación de amplitud. La cocina a la vista está completamente acristalada, por lo que se percibe un ligero aroma a brasa muy agradable pero con total ausencia de humos molestos.




Voy a centrarme en comentar ese surtido de brasa más completo acompañado de la ensalada que lo acompaña.

Ensalada D. Teobaldo.

Se trata de una ensalada con lechuga y canónigos, tomate cherry, langostinos pelados y un surtido de setas. Aliñada con aceite de oliva virgen extra, una vinagreta de mostaza y adornada con un cordón de vinagre de Módena. Se ha planteado de esta manera una ensalada de mar y tierra que, lo ideal, es que llevase las setas y langostinos más en caliente para construir una ensalada templada. La presentación visual era bastante mejorable, aunque al ser fin de semana, la cocina estaba bastante desbordada. Yo, particularmente, recomiendo ligar las setas con una salsita de queso (azul, roquefort o curado) que armoniza muy bien con ellas y les da mucho empaque.


Parrillada degustación a la brasa.

Presentada en una fuente de barro cocido refractaria para que conserve más tiempo el calor. El surtido comprende: longaniza, morcilla, chorizo, costillas de ternasco, entrecot y solomillo de ternera. Todo ello acompañado de patata entera con su piel también cocinada a la brasa. Dicho surtido se sirve acompañado de una salsa chimichurri elaborada en la casa con un ligero toque picante. Una salsa al estilo argentino que me ha gustado y realza y le va muy bien a la carne.

Tanto el chorizo, como la longaniza y la morcilla bien desgrasados y con un sabor intenso a brasa. Muy apetitosos. También me ha gustado especialmente el ternasco, que con la brasa toma un sabor y aroma estupendo. Correcto el entrecot y solomillo. Muy agradable la presencia de la patata asada de acompañamiento.

Postre.
Tarta helada al whisky.


Correcta en cuanto a sabor y servida en buena cantidad, regada, si se desea, con ese “chorrico” que potencia sin duda su sabor, siempre con precaución y medida.









El establecimiento ofrece también cortes argentinos de carne, así como chuletón y ternasco asado (por encargo) y caracoles “a la llauna” o a la parrilla, como ustedes los conozcan o deseen nombrar mejor. El café, de la marca Says, me pareció de calidad, agradable de tomar. Para más información, pueden consultar su página web: cafesays.es

La carta de vinos está todavía en proceso de construcción, pero cuenta ya con presencia de vinos aragoneses de todas las D.O y algunos caldos de D.O. Rioja. También cava aragonés.


Mi impresión general es la siguiente. La parrilla de D. Teobaldo cuenta con una ubicación y espacio inmejorables. Una decoración típica aragonesa y comedores espaciosos. Tiene potencial por delante. Bien es cierto que, debido a su reciente apertura, está aún en fase de rodaje y debe terminar de ajustar y mejorar una nave que, debido a sus dimensiones, no es tarea sencilla. También son mejorables las presentaciones, pues el comensal de hoy en día es cada vez más exigente en ese apartado y la comida entra por los ojos en una primera impresión. La parrilla circular a la vista es un espectáculo por sus dimensiones recuerda mucho a las que se utilizan en el mercado medieval al aire libre. En este caso los molestos humos no son percibidos por el comensal debido a su acristalamiento y buen tiro de la chimenea. De lo que no cabe duda, es que para disfrutar de unas carnes a la brasa, y por su gran capacidad y número de salones, es un lugar ideal para celebraciones familiares y grupos tanto medianos como grandes (en este sentido cuenta, por ahora, con dos menús elaborados para grupos, uno más estándar y el superior). Para una comida o cena e pareja, recomiendo ir entre semana o por la noche, siempre reservando para evitar sorpresas. Creo que si perseveran en esa senda de mejora, su privilegiada ubicación, en una zona dentro del casco histórico con mucho ambiente y sabor (la más castiza de Zaragoza), les puede colocar como un lugar de encuentro que logre ser una referencia para disfrutar de esas carnes a la brasa tan nuestras, tan aragonesas. Ese es, sin duda, su camino a seguir, el sello de identidad de una cocina sencilla, sin complicaciones, que no busca introducirse en otras parcelas que pudiesen adulterar su carta de presentación. La de una parrilla-asador al estilo tradicional. Es ahí donde debe perseverar porque ahí está su mercado y claro potencial de crecimiento.




















El Patio de D. Teobaldo.

Ubicación y entorno: 8,5
Ambiente y decoración: 7,5
Cantidad: 8
Calidad: 7

Global: 7,6